5 errores que cometes con maestros porque no sabes de construcción
- Sofía
- 15 ago
- 6 Min. de lectura
Seamos honestos, todos hemos salido de un taller mecánico sintiéndonos estafados. Esa sensación de que nos cobraron por cosas que no necesitábamos, de que el precio era excesivo, o de que simplemente se aprovecharon de nosotros, porque "no entendemos de mecánica", principalmente a nosotras las mujeres.
Y aquí viene la pregunta incómoda:
¿Por qué crees que con los maestros constructores va a ser diferente?
La realidad del taller mecánico
Recordemos esa última vez en el taller. Llegaste porque el auto hacía un ruido raro. El mecánico revisó 5 minutos, puso cara seria y te dijo:
"Tienes problemas en la junta de culata, el cárdan está vibrando por los tórtolos gastados, la cremallera de dirección tiene juego, y el catalizador está tapado. Son $450.000 pesos."
¿Qué pasó por tu cabeza?
¿Qué diablos es una junta de culata?
¿Los tórtolos se gastan?
¿La cremallera de dirección tiene juego... qué significa eso?
¿$450.000 es justo por todas esas cosas que no entiendo?
Pero no pudiste rebatir nada. Porque no entiendes de mecánica. Así que pagaste, confiando en su criterio profesional.
¿Fue mala intención del mecánico? Probablemente no. Tal vez algunas de esas reparaciones realmente eran necesarias, o lo serían pronto. Tal vez quiso "aprovechar" que ya estabas ahí para hacer un mantenimiento completo, quizás dijo más de lo que en verdad hay que hacer, O quizás, para cubrirse las espaldas, prefirió cambiar todo lo que podría fallar en lugar de hacer un diagnóstico más preciso.
El punto es: tu falta de conocimiento técnico creó una situación donde fue fácil cobrarte más y donde se hizo más o menos de lo que quizás era necesario.

La misma dinámica en construcción
Ahora cambiemos de escenario. Decidiste construir tu casa y llamas al maestro que te recomendó un primo. Viene, ve el terreno, hace algunos cálculos mentales y te dice:
"Para esta casa necesitamos 40 sacos de cemento, 15 metros de fierro, hay que hacer una fundación reforzada por el tipo de suelo, y vamos a necesitar más horas de lo normal por las complicaciones del terreno. El total son $35.000.000 pesos."
De nuevo, ese sentimiento familiar:
¿Realmente necesito 40 sacos de cemento?
¿Mi suelo realmente requiere fundación reforzada?
¿Qué "complicaciones" tiene mi terreno? etc..
Y de nuevo, no puedes rebatir nada. Porque no entiendes de construcción.
Por qué pasa esto (y no es que los maestros sean malas personas)
La mayoría de los maestros no son malas personas. Pero sí están operando en un contexto donde:
Calculan basándose en experiencia, no en precisión - "A ojo" funciona para ellos, pero genera desperdicios o faltantes para ti
Lo tradicional es lo seguro - Han hecho lo mismo por años y les ha funcionado, ¿para qué cambiar?
No están actualizados técnicamente - Las nuevas técnicas de construcción eficiente no las manejan o no las consideran necesarias
La prisa los hace trabajar mal - Cuando tienen múltiples proyectos, priorizan velocidad sobre precisión
Tu ignorancia les da libertad para improvisar - Si no sabes qué está bien o mal hecho, es fácil hacer las cosas "como salgan"
No es que planeen hacerte daño. Es que la falta de conocimiento de tu parte, combinada con sus limitaciones educacionales, técnicas y presiones de tiempo, crea condiciones donde es natural que surjan estos problemas.

Los errores más comunes trabajando con maestros
Después de años construyendo y acompañando proyectos, hemos identificado los problemas que más se repiten:
1. Cálculos inexactos de materiales
Los maestros muchas veces calculan "a ojo" y se equivocan por ambos lados. A veces se quedan cortos con cemento, fierro o madera, y tú tienes que volver a la ferretería múltiples veces comprando de a poco. En lugares como Buchupureo, donde hay pocas ferreterías, quedarse sin una material puede significar atrasos y entorpecimientos en la construcción. Pero también sucede lo contrario: sobreestiman y terminas con 20 sacos de cemento que no necesitabas y que ya no puedes devolver. Si eres tú quien compra los materiales, terminas haciendo viajes constantes o pagando por materiales que se quedan botados.
2. "Es la única forma de hacerlo"
Esta frase es muy común, muchos se aferran a métodos constructivos tradicionales sin considerar alternativas más nuevas. Es lo que siempre han hecho, les da seguridad, pero en ocasiones terminan sacrificando funcionalidad, estética o eficiencia por rigidez mental. Insisten en hacer tabiquerías más débiles estructuralmente, o construyen techos planos, según lo que pide el cliente, pero sin la tecnología adecuada, etc..
3. Errores técnicos que comprometen la habitabilidad
Pendientes incorrectas en techos, hojalaterías mal instaladas, para ventanas en techo, por ejemplo, sellados deficientes. La falta de precisión técnica o la prisa por terminar resulta en casas que se llueven, tienen filtraciones y problemas de humedad que aparecen después de un tiempo de uso.
4. Ignorar la eficiencia térmica y hermeticidad
No consideran aislación térmica adecuada, hermeticidad al aire, ni puentes térmicos porque no han actualizado sus conocimientos sobre construcción eficiente. El resultado es una casa fría en invierno, calurosa en verano, con cuentas de calefacción altísimas y dependientes de sistemas activos. Construyen con métodos tradicionales sin considerar que una casa bien aislada y hermética consume 70% menos energía para calefaccionar.

5. Trabajos apurados con resultados deficientes
Cuando tienen prisa, cuando cobraron mal o están atrasados con otros proyectos, hacen las cosas rápido y normalmente mal. La presión por terminar o la falta de planificación resulta en terminaciones desprolijas, instalaciones mal hechas y problemas a futuro. Instalan ventanas "rápido" sin sellar bien, pintan sobre superficies húmedas, o hacen instalaciones eléctricas sin seguir normativa porque "total funciona igual".
La diferencia la hace tu nivel de conocimiento
No es magia. Es simplemente que saben que no pueden improvisar contigo como lo harían con alguien que no tiene idea.
Son más cuidadosos con los cálculos
Explican mejor sus decisiones
Es menos probable que "interpreten generosamente" lo que necesitas
Te respetan más como contraparte en el proyecto
Cómo Mi Tiny te ayuda a nivelar la cancha
Cuando creamos Mi Tiny, una de nuestras motivaciones principales era democratizar el conocimiento constructivo básico. No para que te conviertas en maestro, sino para que puedas ser un cliente informado.
Se trata de que tengas el conocimiento suficiente para:
Calcular materiales correctamente
Saber cuántos sacos de cemento necesita realmente tu casa
Entender cuánto fierro se requiere según los metros cuadrados
Identificar cuando los cálculos están muy errados, por arriba o por abajo
Tener una base para evaluar si lo que te proponen tiene sentido
Conocer alternativas a métodos tradicionales
Entender qué sistemas constructivos existen y cuáles son más eficientes
Saber cuándo "es la única forma" es realmente cierto y cuándo hay mejores opciones
Proponer alternativas que mejoren funcionalidad, tiempo o costo
No quedarte atrapado en "siempre se ha hecho así"
Poder lograr construir el diseño al pie de la letra
Identificar problemas técnicos antes de que aparezcan
Reconocer cuándo las pendientes de techo no están bien calculadas
Supervisar que las hojalaterías se instalen correctamente
Entender qué hace que una casa sea hermética y eficiente térmicamente
Supervisar la calidad del trabajo en tiempo real
Notar cuándo están trabajando apurados y con menos cuidado
Identificar si están siguiendo los procesos correctos
Reconocer terminaciones bien hechas vs hechas a la rápida
Intervenir antes de que los errores se conviertan en problemas costosos
El objetivo no es la desconfianza, sino el empoderamiento
Importante: No se trata de asumir mala intención. Se trata de crear condiciones para una relación más equilibrada.
La mayoría de los maestros honestos valoran trabajar con clientes informados porque:
Hay menos malentendidos sobre alcances y expectativas
Se sienten respetados cuando notas y aprecias la calidad de su trabajo
Pueden justificar técnicamente sus decisiones sin recurrir a "porque yo sé"
La relación se basa en profesionalismo mutuo, no en fe ciega
Tu próxima construcción puede ser una experiencia diferente
Si estás considerando construir tu propia tiny house o trabajar en un proyecto de autoconstrucción, ya no tienes que sentir esa misma indefensión que sientes en el taller mecánico.
Puedes empezar preparado, con:
Las partidas completas desglosadas: cuántos sacos de cemento específicos para fundaciones, cuántas planchas OSB para muros y techos, etc..
Las especificaciones técnicas exactas: qué tipo de aislante usar, cómo instalarlo, qué espesores son necesarios
Los procesos paso a paso para cada etapa: desde las fundaciones hasta las terminaciones finales
Las listas detalladas de herramientas y materiales específicos que necesitas para cada partida
Construir tu propia casa no tiene que ser un experimento arriesgado. Con las herramientas correctas, puede ser un proyecto donde cada decisión está respaldada por especificaciones precisas, no por suposiciones.
En Mi Tiny convertimos años de experiencia profesional y errores propios en guías detalladas y específicas. Para que construir con tus propias manos sea una experiencia empoderada, no una aventura a ciegas.
Porque construir bien empieza por entender qué implica "bien".
¿Has vivido alguna de estas situaciones trabajando con maestros? ¿O tienes dudas sobre cómo evaluar un presupuesto?
Acabamos de armar un grupo privado de Whatsapp gratuito de personas en Chile que se encuentran en proceso de Construcción, donde compartimos experiencias, resolvemos dudas y nos ayudamos entre todos a construir con más conocimiento y menos riesgos. Si quieres unirte, llena este formulario en el botón de abajo.
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